Durante los últimos meses no he podido dejar de pensar en lo que está pasando en Wall Street.
Es como ver un antiguo castillo medio derruido siendo invadido por una nueva generación de ingenieros y tecnócratas.
Sí, los que siguen a Bitcoin y compañia.
No piden permiso. No se detienen. Y cada día hay una nueva sorpresa.
Hace un par de días se anunció el nacimiento de Twenty One, una empresa pública que arranca con ¡4.000 millones de dólares en Bitcoin! Respaldada por pesos pesados como SoftBank, Tether y Cantor Fitzgerald, y liderada por Jack Mallers.
No tiene un modelo de negocio tradicional.
Nada de operaciones o ingresos convencionales.
Su único objetivo: aumentar los Bitcoins por acción. Así, sin rodeos. Una especie de respuesta capital eficiente a MicroStrategy.
Y eso no es todo. También se anunció un crédito de 500 millones de dólares para comprar Solana.
¿El plan?
Apostar por el staking y usar los rendimientos para pagar la deuda.
Creatividad financiera en estado puro. A nadie se le había ocurrido…
Lo que me sorprende no es solo el tamaño de estas operaciones, que mueven cientos o miles de millones, sino lo naturalizado que se ha vuelto todo esto.
Hace unos años, todo esto era impensable. Si un fondo soberano compraba BTC, era portada mundial.
Hoy, Coinbase lo dice en prime time y apenas levanta cejas en wall street.
Ver para creer. Lo que nos deja un mensaje muy claro de cómo los medios están manipulados a más no poder.
A veces siento que muchos todavía están distraídos con el ruido: que si tariffs, que si tipos de interés, que si las elecciones.
Pero en el fondo… ¿le va a importar algo de eso a Bitcoin dentro de 15 o 20 años? Lo dudo, y mucho.
Bitcoin no es rojo ni azul, no tiene bandera ni partido.
Y eso es lo que lo hace tan potente.
Personalmente, sigo viendo a Bitcoin como un agujero negro de capital a nivel institucional.
Todo termina cayendo ahí: liquidez privada, pública, equity, deuda… Lo que sea.
Y lo mejor es que esto recién empieza. Los grandes ya están en la mesa, y se están poniendo la servilleta de tela aún. Faltaría más, ellos no se van a manchar.
Y yo no puedo evitar sentirme optimista.
Es difícil no ser bullish cuando ves estos fundamentales.
Igual no lo vemos reflejado en el precio a corto plazo.
Pero incluso si no es así, el momentum ya está del lado de Bitcoin.